Oneldys y Jose

Maria y guillermo

Oneldys y Jose me proporcionaron la sensación y el olor a un eterno verano lleno de amor. Estuve en un cercanísimo contacto con ellos meses antes de su enlace, desde mayo, dónde disfrutamos de un preboba increíble por las calles de Sevilla hasta finales del mes de julio donde tuvo lugar su día. Qué importante es para nosotros, los que siempre estamos detrás de un objetivo buscando la luz perfecta, ese vínculo para poder sacar lo mejor de vosotros mismos en vuestra boda.

Hacienda Vera Cruz nos acogería desde principio a fin, nuestros protas habían elegido prepararse en las habitaciones dispuestas en la misma finca, una ceremonia civil cuidada hasta el más ínfimo de los detalles, y una fiesta que terminaría cuando las piernas dijeran “basta”.

Horas antes de la ceremonia, iba deslizándome entre ambas habitaciones separadas por escasos metros. No es algo común poder tener esta facilidad a la hora de trabajar, era como poder viajar en el espacio-tiempo y así captar cada momento, cada detalle sin el temor de saber si llegarás tarde o no. Fue algo muy especial poder vivir el ambiente respirado en ambos espacios simultáneamente.

Unos frascos de arena simbolizarían la unión eterna entre ambos, con el dictado de unos votos que marcaron la ceremonia. Palabras que conmoverían a cualquier corazón, frases que se marcarían a fuego en la piel del otro, pausas que decían más que muchos párrafos. Toda esta entrega de emociones y sentimientos del uno hacia el otro la pude respirar minutos después en ese momento que ambos tienen para estar solos delante de mi cámara.

No dejé rincón alguno de Hacienda Vera Cruz por exprimir, recorrimos los jardines, aprovechamos ese espacio retro que nos da su biblioteca hasta llegar a la terraza y poder observar un auténtico atardecer. Siempre se hacen cortos estos minutos.

La entrada a aquel salón… apoteósica!!! El carácter latino procedente de la Republica Dominicana de Oneldys le puso ese sabor especial al baile de entrada, los invitados ansiaban poder pasar ya a la pista para darnos una sorpresa… la hora loca.

Oneldys había conseguido darle un carácter dominicano a su boda, había logrado traer parte de su cultura hacía nosotros, no faltó la cerveza Presidente, el plátano frito…pero aún quedaba lo mejor, esa hora loca.. Es tradición al otro lado del Atlántico en plena fiesta de boda, inundar la pista con máscaras, caretas de carnaval mientras suenan tambores y silbatos para así volver aún más enérgica la pista de baile.

No sé la duración de tuvo aquella hora loca pero lo que sí puede decir es que fue una inyección de felicidad inmensa.

Cuando me despido nunca es un adiós, el vínculo siempre se queda perenne entre nosotros, y más aun con personas como Oneldys y Jose. Es imposible que desparezca esa señal de agradecimiento que dejo en ellos por dejarme haber formado parte del día más memorable de sus vidas.

Hacienda Vera Cruz

Catering La Vega