Rosa y Tony

Rosa y Tony

Decenas de personas observando con suma atención, el Guadalquivir de fondo a su paso por Coria del Río presente, un árbol centenario dándonos sombra ante el sol radiante del mes de junio y Rosa & Tony en el centro de aquella escena intercambiando unos votos que llegarían al corazón de más de uno de los allí presentes, sin olvidar por supuesto a su pequeñín, Leo.

La organización del enlace estaba en manos de Saray, encargada de una aventura llamada UnLunes28, era la primera vez que podíamos tener la oportunidad de trabajar juntos y fue espectacular. Me alegro tanto de poder compartir días especiales con personas especiales… luego terminaría haciéndole la película de su propia boda un año más tarde, con eso os lo digo todo.

Era un 30 de junio el día seleccionado por Rosa y Tony. Un clima idóneo y unas personas aún más idóneas para compartir otro sábado especial. Son de esas personas que sencillamente te marcan, por su trato tan cercano, por compartir con ellos no uno, ni dos, ni tres cafés antes de su boda, si no por abrirte las puertas de su casa casi a diario. Forman una familia espectacular, ahora Leo también tiene más compañía con una hermanita pequeña que no hace más que engrandecer el amor que se tienen.

La fotografía iba de la mano de una persona que más tarde se terminaría convirtiéndose en una amiga y compañera de mil aventuras esencial en mi día a día, mi Carolina. Se respiraba paz y tranquilidad en casa de Rosa, su prima al cargo del maquillaje, su familia expectante y Carolina y yo disfrutando de cada instante.

Restaurante El Esturión, nos esperaba en Coria del Río, en la Ribera del Guadalquivir. Decenas de sillas blancas aguardaban, una tabla de surf a modo de altar presidia la escena (la mayor afición de Tony tenía que estar presente de alguna forma). Las personas más importantes para ambos salieron para dejar constancia de la pareja tan única y maravillosa que forman Tony y Rosa. Tras el intercambio de alianzas, votos y arena traída desde la misma Tarifa, una lluvia de pétalos y vítores inundó aquel pasillo repleto de alegría y felicidad. Todos se fundían en un abrazo lleno de pasión y emoción con los recién casados.

Tras una entrada en triunfal en la cena, dónde no faltaron los bailes, cánticos, saltos y abrazos llegó la hora de fiesta. Un manto de luces de led adornaba aquel espacio de ensueño que arropó un baile entre Rosa y Tony lleno de amor. Los focos se encendieron coloreando la pista con tonos rosas, azules y verdes para dar pie a una noche desenfrenada. Todo había salido a pedir de boca y no había nada más qué hacer que disfrutar del momento.

Llegó el momento de la despedida, pero yo sabía que el vínculo ya estaba ahí, que ese hilo de amistad entre Rosa, Tony y yo ya no se rompería jamás y aquello era simplemente un hasta luego. A veces me preguntan el porqué me gusta tanto mi trabajo, si es posible disfrutar tanto con una cámara en mano y yo respondo, no es sólo poder realizar un recuerdo memorable, es poder conocer a personas tan especiales.

Estudio impresionarte

Unlunes28

Esturion