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- ¿Queréis saber qué es un auténtico desafío para un videografo de bodas? Ser el responsable de inmortalizar el gran día de una wedding planner. Saray y Mario serían los protagonistas de una historia de amor que por fin se podía consumar ante decenas de familiares y amigos.
Nunca había realizado una película a alguien tan especializado en mi sector, UnLunes28 estaba detrás de todo lo orquestado, la seña de identidad de Saray. Fue un día exigente, de los que me encanta disfrutar y a la misma vez poder trabajarlos. Son historias así de especiales las que nos hacen crecer como personas.
Todo se centraba en Hacienda Cerca de Aragón, decorada con tanto esmero para la ocasión que no dejó indiferente a nadie de los allí presentes. Recuerdo los preparativos de Saray con muchas personas alrededor desprendiendo esa ilusión única en el día del enlace de tu mejor amiga y compañera, eran sus damas de honor.
El orden de los acontecimientos a los cuales estamos acostumbrados en un día tan señalado como es el de una boda había sido alterado, Saray pretendía distanciarse de la monotonía, de lo ya conocido, había trabajado durante mucho tiempo en el día de su enlace. Todo comenzó con el First Look entre ambos, se iban a poder tocar, ver, sentir antes de su ceremonia. Ese encuentro es muy distinto a lo acostumbrado, su primera vez se produce en un acto de intimidad. Mario la esperaba de espaldas, con los ojos cerrados para no anticiparse a la sorpresa y de repente ahí estaba ella, Saray.
Después de múltiples caricias, besos, miradas furtivas iba a tener lugar su cóctel de recepción, la ceremonia tendría que esperar un poco más. Un par de bengalas de diferente color aparecieron para dar ritmo y electricidad a aquel momento. Por fin todos podían disfrutar de aquella pareja deslumbrante de amor y pasión.
La luz cayó hasta dar paso a la noche. Decenas de velas iluminaban un escenario lleno misticismo. La unión entre Saray y Mario iba a tener lugar. Los invitados se aglutinaban con orden alrededor de Mario, expectante ante la llegada de su compañera de viaje, que no iba a parar de sorprendernos. Un segundo vestido distinto al mostrado con anterioridad hacia acto de presencia por aquel pasillo lleno de flashes y admiración.
Una oleada de fuegos artificiales y luces pirotécnicas pusieron el punto y final a aquel momento tan mágico. La fiesta se acercaba cada vez más, pero no sin antes disfrutar de una cena ambientada en otro escenario de ensueño, cientos de bombillas iluminaban la arboleda en la cual se repartían mesas y sillas, las cuales brillaban por si solas con tal decoración. Siempre estaba presente la mano de UnLunes28 en todo lo que se respiraba aquella calurosa noche de agosto.
Una coreografía con decenas de horas de ensayo a sus espaldas abrió la pista de baile. Un tercer vestido desfilaba entre gritos y vítores, Saray nos había vuelto a sorprender. Mi día llegaba a su fin pero no sin antes agradecer tanto a Mario como a Saray el trato recibido, el haberme hecho sentirme como en casa, tan mimetizado con su equipo de trabajo que convirtió una jornada de trabajo en un día inolvidable. Creo que todos los allí presentes que formamos parte del día de Mario y Saray compartimos aquello que dice: escoge un trabajo por el cual disfrutes cada segundo y no tendrás que trabajar ni un sólo día más de tu vida.
Larga vida al amor, a los días especiales, a las bodas exigentes y las personas que marcan nuestra vida.