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Rosa, Tony y Leo forman parte de esas familias que pasan por la vida de uno y sin esperarlo dejan huella, una huella que, aunque pasen los meses y los años es imborrable, es el vínculo que une a una pareja con su videografo, es algo que me encanta poder vivir.
Su boda tuvo lugar en junio, junto a la Ribera del río Guadalquivir, en Sevilla. Fue un día fantástico, lleno de energía, de disfrute, de un ambiente cargado de electricidad. Meses más tarde tendría lugar una de las sesiones más especiales que he podido realizar.
Ambos querían poder tener un recuerdo de “su Tarifa”, parte de su otro hogar, parte de un lugar que tanto Tony como Rosa llevan tatuado en el alma. Su autocaravana puso rumbo a la capital gaditana del viento, allí nos encontraríamos todos, por su puesto no faltaba Carolina, la artífice del reportaje fotográfico, mi compañera en más de una y mil batallas.
La luz radia aquella playa con fuerza, era el momento de Tony, de su hobby favorito: el kitesurf. El agua de la orilla flotaba en el ambiente suspendiéndose con cada oleaje, a lo lejos Tony impactaba con cada ola que encontraba a su paso. La playa era una orquesta de velas de múltiples colores que hacían de aquel lugar un sitio único.
Con la caída del sol, abandonamos la orilla y las cientos de cometas, poniendo rumbo hacia las dunas que se apostaban al otra lado playa. El viento hacia acto de presencia con una fuerza descomunal para los que no estábamos acostumbrados a ello. Entre pausa y pausa que el viento nos facilitaba, aprovechábamos para hacer escenas únicas con Rosa y Tony como protagonistas. Montañas y montañas de arena fina y blanca se apostaban sobre nosotros, era un paisaje idílico.
Tras horas con mi cámara en mano y aquella increíble compañía volvimos a bajar a la playa para captar su atardecer. Recuerdo abrazos, caricias, besos, a Leo volando sobre los hombros de su padre. Tardes cómo aquella de septiembre en la cual nos reunimos hacen que la vida valga la pena disfrutarla tal y cómo se nos ha dado, sin malgastar ni un segundo de ella y recorrerla junto a personas que marquen para siempre tu ser.